Origen de la licantropia
Muchos países y culturas europeas tienen historias sobre hombres lobo, incluyendo España, Grecia (lycanthropos), Bulgaria (varkolak, vulkodlak), Dinamarca (Varulv), Finlandia (Ihmissusi), Holanda (Weerwolf), Hungría (Farkasember), Indonesia (manusia serígala), Irlanda (Bleidd-ddyn), Islandia (varúlfur), Italia (licantropo), Serbia (vukodlak), Sicilia (Lupu mannaru), Rusia (volkodlak), Polonia (wilkolak), Rumania (vârcolac), Turquía (Kurt Adam), Inglaterra (werewolf), Alemania (Werwolf), Suecia (Varulv), Francia (loup-garou), Galicia (lobishome, lobo da xente), Portugal, Brasil y Paraguay (Luisón o Lobizón, lobisomem), Uruguay, Argentina (Lobizón), Lituania (vilkolakis y vilkatlakis) y Estonia (libahunt).
Según la leyenda, el primer hombre lobo reconocido fue Licaón, rey de Arcadia, Grecia. En la mitología griega, Licaón era un rey sabio y culto y una persona muy religiosa que había sacado a su pueblo de las condiciones salvajes en que vivían originariamente. No obstante, parece que él mismo continuó siendo un salvaje, pues a pesar de todo siguió sacrificando seres humanos en honor a Zeus, e incluso se dijo que asesinaba a todo forastero que llegara a su reino pidiendo hospitalidad.
Al enterarse, el dios Zeus quiso comprobar los rumores y se disfrazó de vagabundo para hacer una visita a Licaón. Este inmediatamente pensó en matar a su visitante, pero se enteró a tiempo de que se trataba de Zeus y lo invitó a participar en un suntuoso banquete. Todo habría salido bien de no ser porque Licaón no pudo resistir la tentación de jugar una horrible broma al rey del Olimpo; ordenó que le sirvieran la carne de un niño (presuntamente un hijo suyo).
Zeus se dio cuenta, por supuesto, y, encolerizado, condeno a Licaón a convertirse en lobo, y a que todos sus descendientes serían también hombres lobo. Hoy se conoce como licaón al perro salvaje africano, un pariente de los lobos.
La historia de Licaón provee uno de los primeros ejemplos de la leyenda del hombre lobo.
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